martes, 5 de diciembre de 2017

ISLAS MALDIVAS

Maldivas, el paraíso de aguas turquesas en el que todos hemos deseado estar alguna vez. Las playas de ensueño nos invitan a tumbarnos a descansar en la hamaca pero hay mucho más que hacer en este país compuesto por casi 1.200 islas coralinas perdidas en el Océano Índico.


Maldivas se empieza a disfrutar desde el aire. Puedes haber visto decenas de islas en tu vida pero la panorámica de los atolones de este país desde las alturas deja con la boca abierta hasta al propio Robinson Crusoe.
¿Vas a volar también en hidroavión? No dejes de mirar hacia el gran turquesa, ¡es posible ver delfines, tortugas y hasta ballenas desde el aire!
Son muchos los que esquivan la capital de las islas Maldivas, Malé. Sin embargo, pasar unas horas deambulando por sus calles hace que el viajero se haga una idea de la vida isleña más allá de la del resort.
Pasea junto al mar, presenta tus respetos ante el memorial por las víctimas del tsunami de 2004, refréscate con un coco en uno de los pequeños bares improvisados del paseo marítimo, guarda silencio en la Mezquita del Viernes (también llamada Hukuru Miskiiy) y hazte una idea de las dimensiones de la ciudad subiendo a una de las exclusivas terrazas
Si llegas a primera hora de la mañana, no olvides perderte por la lonja de pescado y el mercado de frutas y verduras. El movimiento de las embarcaciones locales ­o dhonis forma parte del día a día de los maldivos.
Recuerda que Maldivas es un país musulmán, así que si eres mujer, adáptate a las costumbres locales y cubre tus hombros y rodillas fuera de los complejos hoteleros.
Te lo mereces, es el lugar adecuado. En Maldivas una de las mejores cosas que puedes hacer es simplemente no hacer nada. Recuéstate en la tumbona (o en la hamaca si te gusta más) y disfruta de las espectaculares vistas. ¿Habías visto alguna vez un agua tan turquesa y una arena tan blanca? Es el momento de intentar guardar ese recuerdo durante unas horas…
Eso sí, mucho ojo con el sol, las islas de Maldivas están situadas muy cerca del ecuador y las quemaduras solares son frecuentes.
La cultura de Maldivas está claramente influenciada por sus lejanos vecinos India, Sri Lanka, Arabia, Persia, Indonesia, Malasia y África. Por ello, muchos de los platos de su gastronomía nos recuerdan a los buenos curries indios con un distintivo sabor algo más dulce del que el coco es culpable.
Si hay un plato con identidad propia maldiva, ese es la ensalada mashuni. Como no podía ser de otra manera, la industria atunera en el país de los atolones provoca que esta ensalada de atún enlatado sea el desayuno habitual de los habitantes de Maldivas. La deliciosa mezcla de atún, coco, chiles, limón y cebolla se acompaña con el pan tradicional del país, el roshi, una version del roti indio o cingalés.
Un rico batido de frutas o de un té negro de la vecina Ceylán son los compañeros perfectos según los locales. Ya solamente te queda disfrutar bajo la sombra de una palmera…
¿Buceo con bombona o con tubo? ¡Todo vale para explorar el fondo marino del país de las 1.200 islas! Debido a su situación geográfica en mitad del Océano Indico, lejos de la costa y la contaminación, sus aguas cristalinas se han convertido en un acuario natural, el preferido de muchos amantes del submarinismo.
Tortugas, tiburones, mantas, rayas e, incluso, el espectacular tiburón ballena harán las delicias del que quiera zambullirse en las aguas de Maldivas. El origen de las islas es totalmente coralino y se sustentan en una meseta submarina con algunos puntos más de 4.000 metros de profundidad, haciendo posible todo tipo de buceo.
Si el presupuesto te lo permite, embárcate durante unos días en un crucero de buceo o de vida a bordo y surca el Índico mientras te dedicas íntegramente a sumergirte en una de las aguas más vivas del mundo.

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